Sismo y lactancia materna
- Luis Eduardo Alcántara
- 25 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Las causas de muertes más frecuentes en los bebés durante las emergencias, como en los sismos y los desplazados que ya no pueden regresar a sus hogares dañados, son las enfermedades diarréicas y las infecciones de vías respiratorias.
La lactancia materna es la mejor opción para la alimentación de los bebés en situaciones de emergencia ya que ofrece protección inmunológica y por lo tanto prevé diarreas e infecciones respiratorias, entre otros importantes factores. Las condiciones no son higiénicas para la preparación de la fórmula infantil y la esterilización de biberones y chupones.
Una vez que concluya las donaciones de fórmulas infantiles, las madres que hayan abandonado la lactancia por estos productos no tendrán recursos para adquirirlos. Por lo tanto distintas organizaciones sugieren las siguientes recomendaciones para los centros de acopio y los distintos lugares temporales en los que los desplazados habiten y tengan bebés que alimentar:
No solicitar donaciones de fómulas infantiles ni biberones. No incluir fórmulas infantiles ni biberones en las despensas. Si ya recibieron fórmulas infantiles que se entreguen sólo a madres que no estaban dando pecho antes del temblor. Peguen en cada frasco una etiqueta que diga algo como esto: "No la uses a menos que tu bebé no estuviera recibiendo pecho antes del temblor". El pecho salva vidas, prefiérelo, él protege a tu bebé de enfermedades, el susto no afecta la cantidad ni la calidad de leche.
Si no es necesario, no uses fórmula para tu bebé, puedes darla a niños mayores de dos años en otras preparaciones de alimentos, como atoles, en su caso. La lactancia materna es una alimentación limpia, segura, sostenible, que aporta todos los nutrientes y agua necesarios, que los protege contra la deshidratación, desnutrición y distintas infecciones que suelen proliferar en casos de emergencia como en los sismos.
También destinar un lugar adecuado y privado para la lactancia materna en los albergues y espacios similares, proporcionar a las madres que están amamantando raciones adecuadas de alimentos frescos y saludables, no se debe proporcionar el uso de las fórmulas donadas, ni ningún sustituto de leche materna, apoyar a las mujeres que amamantan a seguir la lactancia o continuar amamantando.
Se ha demostrado que las niñas y niños que no reciben lactancia materna exclusiva tienen una mayor probabilidad de presentar enfermedades infecciosas como diarrea, infecciones de las vías respiratorias, otitis media, inclusive alergias, así como enfermedades crónicas empezando por obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer y la enfermedad de Crohn. Incluso, con la alimentación al seno materno se podrían salvar 1.4 millones de vidas en países en desarrollo.
Un estudio en particular demostró que los niños y niñas que consumieron leche materna durante seis meses tuvieron 30% menos probabilidades de sobrepeso y más de 40% menos probabilidades de obesidad. Asimismo, las madres que lactaron a sus hijos por más tiempo tuvieron un índice de masa corporal menor que el observado en las madres que amamantaron durante un período más corto. En un estudio con cerca de 80 mil pacientes, aquellos que habían sido amamantados de bebés tuvieron un 39% menos de riesgo de diabetes tipo 2 en la edad adulta. Adicionalmente, las mujeres que alimentaron a sus hijos, disminuyeron la probabilidad de desarrollar diabetes.


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