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Je’ Souz Francois

  • Alfredo "Freddy" Reyes
  • 20 mar 2018
  • 2 Min. de lectura

Hace algunos años, en plena campaña electoral, participábamos varios compañeros y yo en la del distrito 28 Federal de aquel entonces. La colocación de mantas, pendones, reparto de trípticos, volantes y perifoneo no estaba del todo regulada por el IFE de aquellos años, así que los partidos políticos tenían toda la ciudad para ensuciar, pintarrajear paredes y dejar toneladas y toneladas de basura electoral en las calles y postes de nuestro viejo Distrito Federal.

En una de tantas jornadas coincidimos con otra célula de compañeros afines al partido que promovíamos en bola, uno de ellos, ilustre consejero nacional se hizo de palabras con el que comandaba nuestro equipo y le espetó groseramente: ¿Sigues usando huaraches Y morral? Ya deberías cambiar de modelito, mira -al tiempo que le enseñaba sus zapatitos “Florsheim”- vieras que cómodos son, esto es lo que usa la izquierda en Francia! Ya basta de que nos vean todos mugrosos, de mezclilla y con morral tejido, ya merecemos ser franceses!

El paso de los años y la convivencia con ciertos grupos internos del partido me clarificaron poco a poco muchas cosas que se fueron dejando de lado, justamente por aquellos que encontraron un gran nicho de oportunidad personal al interior de los espacios ejecutivos del partidisimo.

Espacios que debieron servir para la difusión de las ideas, principios y plataforma y que sólo han proporcionado a unos cuantos “Bon-Vivants” pequeños lujos muy parecidos a los que tanto criticaban cuando la mezclilla y el huarache formaban parte de su ajuar diario.

Espacios que han prohijado a una nueva camarilla de pequeños burgueses dueños de el susurro discreto en la oreja del señor. Espacios que en definitiva no soltarán por las buenas.

Consejeros de izquierda que viven en zonas exclusivas y de alta plusvalía de la ciudad, miembros destacados manejando autos del año, comidas y conciertos, escuelas privadas para sus hijos, lujos por aquí y por allá , mientras, nuestros impuestos puntualmente les son depositados a sus abultadas cuentas.

Hoy somos la misma banda o quizás debería decir: “Le même groupe” para estar a tono con los afrancesados izquierdosos que un buen día habrán de abogar por traer un Austriaco a gobernar nuestro chilaquilero país, somos la misma banda y hacemos spots mascullando en Francés, somos tan iguales que es increíble que no nos hayamos dado cuenta si no hasta que nuestro pequeño bote está a punto de naufragar ¿Qué cosas No?

Hay un rumor incesante de que todo habrá de cambiar como por arte de magia en nuestra tierra, que habremos de vivir felices por siempre si votamos por uno o por otro candidato de cualquiera de los trillizos partidos tan parecidos entre sí, yo más bien creo que nos quieren “chamaquear”, que nos quieren seguir arrebatando el oro de nuestra dignidad a cambio de unas cuantas palabras de espejos rotos.

¿A quién creerle? ¿Por cuál se inclinan las apuestas?...difícil decisión habremos de tomar a sabiendas de que en estos llanos futboleros todo tiene “Jiribilla”

El Tigre es real , aunque la Grulla…también, perdón quise decir “Grilla”

 
 
 

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