También Tengo Miedo...
- Alfredo Freddy Reyes
- 22 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Gracias a los “creativos” , comunicólogos, especialistas en imagen pública, encuestadores, politólogos, analistas, opinadores de banqueta, entrevistadores, entrevistados y toda la fauna que se genera como un micro-sistema o colonia de gérmenes y bichos raros alrededor de un pedazo de carne o de un no tan simple hueso.
Gracias por sus andanadas de spots, pautas publicitarias, infomerciales, frases, promesas y dicharajos.

Gracias también a todos los seguidores, fanáticos, conversos, militantes, fundadores, invitados, candidatos, ilusos, sorteados, nominados, declinadores, “palomeados”, negociados, negociadores, frentistas y enfrentados.
Gracias a las autoridades que organizan este tipo de fiestas sexenales y a sus abultadas carteras, a los funcionarios de casilla, presidentes, escrutadores, vocales y consonantes, observadores y mirones, capacitadores, estructuras, acarreadores, facilitadores, apoyos y apoyadores.
Gracias también a los medios de comunicación más IVA y al gran negocio que representa toda temporada pre, inter, electoral y post electoral.
Gracias a todos los contribuyentes cautivos, a nuestros impuestos traducidos en prerrogativas, apoyos, despensas, lonas, espectaculares, autobuses y camionetotas de lujo para la campaña, playeras chafas, gorras más chafas, matracas, pelotas, cubetas y botes lecheros, servicios de cuidadores 24-7 a cargo del erario (no se nos vaya a resbalar Don Cándido), paraguas con el logo del partido re-galante, billetitos engrapados para el que se porte bien, la promesa de incorporación a los programas sociales sólo si nos ayudas con tu voto, el clientelismo, las brigadas visitadoras, los templetes sonideros, los globos y los papelitos de colores, los camiones alquilados, los frutsis y las tortas de queso de puerco, las comilonas con el sector empresarial, con los eclesiásticos y en general con los dueños del país.
Gracias al que inventó toda esta sarta de palabrejas que hoy utilizo para dirigirme a ti, querida lectora o lector detrás de la pantalla, gracias a todo esto ahora…yo también TENGO MIEDO! Y tengo miedo de que cualquiera de los candidatos resulte electo, aunque bien sabido es que no puede haber más que un solo ganador, mi cabecita loca y carente de ideas no me deja pensar con claridad ni me deja elegir cuál de ellos quiero que gane ¿A quién jijos le daré mi voto? ¿Cuál será el preciso que saque al país de la miseria y la deuda? ¿Quién será el héroe de ésta película papá?
En el no tan lejano 2001, en la hermana República Argentina, una serie de eventos sociales, económicos y políticos llevaron al pueblo a manifestarse a través del llamado “Cacerolazo” con la consecuente represión de por medio, muertitos, heridos, arrestos, disturbios, saqueos y la dimisión del presidente en turno que sólo pudo salir del palacio por helicóptero. Cinco presidentes en menos de doce días, y una crisis interna fenomenal y de la cual se fueron reponiendo poco a poco a fuerza de presión social de a deveras.
Uno de los lemas de esta gran acción ciudadana fue una frase que inmortalizó un grupo Murguero llamado La Mosca Tse-tsé, el tema se llama: “Que se vayan todos” y fue todo un himno a la convocatoria social en pro de los derechos del pueblo.
¿Acaso es mucho pedir?
Digo, si realmente quieren dejar satisfechos a todos en éste país, podrían empacar y sin siquiera despedirse abandonar el territorio nacional y la contienda que bastante cara nos ha salido a los mexicanos paga-impuestos y que más cara nos saldrá en el futuro.
Así, calladitos, sin actos emotivos lagrimescos, es más que se lleven el vehículo que el pueblo les prestó, las playeras y gorras chafas, las matracas y sus botes lecheros, que se lleven lo que quieran pero que por favor ya nos dejen espacio para pensar en una realmente buena opción.
La esperanza lo vale, nuestro dinero más.
Esta vez, esta columna no tiene “Jiribilla”
“Que se vayan todos, que se vayan ya!”
Ah, y no se preocupen, nosotros cerramos.

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